El 6 de diciembre de 2023, Alfredo Maria Bonanno falleció tras más de medio siglo de actividad anarquista. En su memoria, presentamos el siguiente video corto, Dejémonos de Esperar, dramatizando la sección final de una de sus obras más conocidas, El Placer Armado.
Acabemos con la espera. Enciende el sonido para oír la voz en off.
Esperamos que esto ayude a presentar la obra de Bonanno a una nueva generación de anarquistas. Cuando algunas de nosotros leímos La Alegría Armada en los años 90, abrió nuevas perspectivas ante nosotras, proponiendo el rechazo del trabajo y la búsqueda de la revuelta alegre como medidas revolucionarias en la lucha contra todas las formas de dominación y desesperación. Parte del material que apareció posteriormente en Días de guerra, noches de amor surgió en el proceso de nuestros esfuerzos por extrapolar lo que esas propuestas podían significar en nuestras propias vidas.
A continuación, ofrecemos un breve resumen de la vida y obra de Bonanno.
Los días 26 y 27 de enero, el Podcast de ex-trabajadores organizará un festival de cine en Tijuana, México, en el primer Encuentro Internacional de Prácticas Anarquistas y Antiautoritarias contra las Fronteras en el que se presentará esta película y otras similares. No dudes en enviar tu trabajo.
Escenas de la vida de Alfredo Maria Bonanno
Alfredo Bonanno nació el 4 de marzo de 1937 y falleció el 6 de diciembre de 2023. Tenía 86 años.
Bonanno comenzó su carrera académica estudiando economía; a mediados de la década de 1950, empezó a estudiar filosofía existencialista. En Turín, colaboró en el Corriere di Sicilia, un periódico italiano fundado originalmente por el revolucionario republicano Giuseppe Garibaldi. Bonanno reunió más tarde estos ensayos en la colección Ensayos sobre el existencialismo. Se licenció en filosofía con una tesis sobre la obra de Max Stirner.
En la década de 1960 leyó Hegel y se implicó más activamente en el movimiento anarquista. Según una necrológica, trabajó durante casi once años para el Banco di Sicilia y otros siete como directivo en una empresa farmacéutica, en el sector de la oftalmología.
Más tarde, describió cómo las convulsiones políticas de finales de los sesenta le llevaron a cambiar de rumbo:
A partir del levantamiento de mayo de 1968 en Francia se produjo una gran explosión de vitalidad y belleza. De hecho, incluso una persona como yo, que trabajaba como directivo industrial en aquellos años, quedó tan conmocionada por aquel extraordinario acontecimiento que rápidamente me vi obligado a abandonar mi trabajo y ver la realidad de otra manera… En aquella época, yo tenía más de treinta años y, por tanto, sentía con mayor dificultad el viento de la diversidad que soplaba por todas partes.
No insistió en esta decisión en sus escritos posteriores, pero debió de servirle para argumentar que el rechazo del trabajo es un aspecto esencial de la revuelta.
En diciembre de 1969, el comisario Luigi Calabresi y otros dos policías se vieron implicados en el asesinato del anarquista Giuseppe Pinelli durante un interrogatorio. Bonanno había conocido a Pinelli. Asistió al funeral de Pinelli y más tarde escribió conmovedoramente sobre la experiencia:
Si tal acontecimiento sucede, si tú también estás allí, junto con muchas otras peronas como tú, que sabes que están viviendo la misma experiencia traumática, y los ves, hombres grandes con manos callosas, niños que intentan ser guays, mujeres maduras que recuerdan los años de la guerra, a sus hijos asesinados, jóvenes que ven el amor que ocultan como un signo de la pureza del mundo casi ensuciado por tanta arrogancia, y los ves, todos con lágrimas en los ojos, impotentes pero con los músculos tensos, si un suceso así te ocurre a ti, ya no es un suceso cualquiera, un hecho como tantos otros (millones de personas mueren, asesinadas bárbaramente, y son llevadas apresuradamente al cementerio), sino que ese suceso tiene una carga diferente, lleva consigo una tensión que no te deja en paz, te despierta por la noche sudando y, sentado en la cama, te preguntas qué haces en la cama, y si acaso no eres tú quien está muerto y revolviéndose en la tumba, mientras que es precisamente Pinelli quien está vivo.
En mayo de 1972, el comisario de policía Luigi Calabresi fue asesinado a tiros en la puerta de su casa.
En octubre de 1972, la policía italiana detuvo a Bonanno y le acusó de acción subversiva por los artículos publicados en la revista Sinistra Libertaria. Fue condenado y encarcelado en la prisión de Catania.
A partir de 1975, dirigió la publicación Anarchismo.
En 1977, fue detenido de nuevo, esta vez por escribir La alegría armada, que presentaba un marco para entender el rechazo del trabajo, el repudio de las estructuras organizativas calcificadas y la participación en la rebelión insurreccional como medidas interrelacionadas derivadas del rechazo de la lógica del capitalismo.
La búsqueda de la alegría es, pues, un acto de voluntad, un firme rechazo de las condiciones fijas del capital y de sus valores. El primero de estos rechazos es el del trabajo como valor. La búsqueda de la alegría sólo puede pasar por la búsqueda del juego.
La alegría del acto revolucionario es contagiosa. Se extiende como una mancha de aceite. El juego cobra sentido cuando actúa sobre la realidad.
Date prisa en jugar. Date prisa en armarte.
-Alfredo Bonanno, “La alegría armada”
En 1978, se enfrentó a cargos por reimprimir La amenaza religiosa, escrito por Johann Most en 1880, y al mismo tiempo provocó la ira del célebre existencialista Jean-Paul Sartre por publicar provocativamente una obra del anarquista del siglo XIX Joseph Déjacques bajo el nombre de Sartre. El 30 de noviembre de 1979, Bonanno fue finalmente condenado a 18 meses de prisión por ser el autor de Armed Joy (La alegría armada).
En marzo de 1980, los fiscales utilizaron el testimonio de un informante para acusar a Bonnano de participar en la Azione Rivoluzionaria, un grupo armado clandestino activo durante las luchas sociales en Italia a finales de los setenta. Las autoridades aprovecharon esta oportunidad para llevar a cabo una represión contra el Anarquismo y otros asociados de Bonanno, entre ellos Jean Weir y otros implicados en el proyecto editorial británico Bratach Dubh. Fueron liberados unos meses más tarde y absueltos de cargos en abril de 1981.
A principios de la década de 1980, Bonanno y sus compañeros participaron en la lucha contra una base militar que iba a albergar armas nucleares en Comiso, Sicilia. La estructura organizativa descentralizada y autónoma de este movimiento sirvió como punto de referencia para la defensa de Bonanno de la organización informal y lo que él llamó “núcleos de base autónomos.”
En 1988, durante el congreso antimilitarista celebrado en la ciudad de Forli, Bonnano y sus compañeros fueron expulsados del congreso por adherentes de la tendencia anarcosindicalista dentro de la Federación Anarquista Italiana, un conflicto que precipitó otros conflictos de este tipo.
Detenido en febrero de 1989 durante un atraco a una joyería, Bonanno pasó dos años en prisión. Como relató en arresto domiciliario diecisiete años después,
En cuanto los presos supieron de mi licenciatura en filosofía, me preguntaron inmediatamente si podía darles algunas clases. Puede decirse que no hubo prisión, entre las decenas en las que cumplí mis numerosas condenas, en la que no recibiera esta petición. Aunque también soy licenciado en economía, nunca nadie me pidió que diera clases de economía.
El 19 de junio de 1997, la policía llevó a cabo redadas en centros sociales y hogares anarquistas de toda Italia, deteniendo a Bonanno y a muchos otros anarquistas. Esto formaba parte de un esfuerzo del gobierno por fabricar un grupo anarquista clandestino inventado, la “Organización Revolucionaria Anarquista Insurreccional”, como medio de represión.
Impertérrito, en julio de 1999, Bonanno declaró como testigo a favor del anarquista Nikos Maziotis, acusado de colocar una bomba en el Ministerio de Industria y Desarrollo de Grecia. En 2001, los anarquistas participaron en feroces disturbios en Génova, desafiando los esfuerzos de la policía para proteger la cumbre del G8.
El intento de fabricar una conspiración en la que implicar a Bonanno y a muchos otros anarquistas culminó en el juicio Marini, que más tarde se reconoció como un absurdo error de procedimiento judicial. Inicialmente, sin embargo, Bonanno fue condenado a seis años de prisión por ser el “líder ideológico” de la organización inventada.
Tres meses después del final del proceso Marini, las autoridades italianas volvieron a intentarlo, con la operación “Cervantes”, llevando a cabo docenas de redadas y registros en casas y pisos ocupados de todo el país. Una vez más, los detenidos fueron acusados de “organización subversiva con intenciones terroristas”, esta vez acusados de participar en la Federazione Anarchica Informale, un grupo anónimo que había reivindicado la autoría de una serie de atentados.
En mayo de 2005, la policía llevó a cabo más de un centenar de redadas en casas y okupas, deteniendo a 22 personas por diversos cargos, entre ellos “constitución y participación en una organización subversiva con intenciones terroristas.” A lo largo de estos tiempos convulsos, Bonanno siguió abogando por la organización informal y por atacar la infraestructura del capitalismo y del Estado.
En octubre de 2009, a la edad de 72 años, fue detenido acusado de participar en un atraco a un banco en Grecia que estuvo a punto de reportarle 46.900 euros.
En diciembre de 2013, Bonanno habló en las Jornadas Informales Anárquicas en Ciudad de México y en Argentina. Intentó entrar en Chile, pero fue rechazado por sus antecedentes policiales.
Como ocurre a menudo, las propuestas de Bonanno poseían matices y profundidades que no siempre se reflejaban en las formas en que sus adherentes las interpretaban. Aunque publicamos una crítica de las formas en que la gente en Estados Unidos mezcló sus ideas con las de El Comité Invisible y otros grupos, merece la pena leer sus escritos por méritos propios.
Por ejemplo, aunque Bonanno llegó a asociarse con un rechazo doctrinario de la organización formal en favor de estructuras informales basadas en la afinidad, escribió elocuentemente en 1998 sobre su propia experiencia de colectividad significativa:
Lo esencial, esa fuerza excepcionalmente importante que surge de muchas personas que sienten las mismas sensaciones emocionales, impulsadas por sentimientos muy parecidos (ninguno idéntico, por el amor de Dios, lo sé bien), se sienten atraídas unas por otras para constituir un todo homogéneo que no necesita acuerdos o contratos escritos o hablados para constituirse. De repente, esta fuerza colectiva emerge y está ahí, tangible, puedo tocarla, puedo oír su voz, puedo dejarme llevar por sus sugerencias, dirigir mi mirada hacia donde me dice que mire, ver con sus ojos hechos de mil pupilas lo que mis pobres ojos miopes no pueden ver, recordar lo que mi pobre mente sola no puede recordar.
Aunque docenas de sus ensayos están disponibles en inglés, una enorme cantidad de su obra -incluidas monografías sobre el cristianismo primitivo y Así habló Zaratustra de Friedrich Nietzsche- aún no ha sido traducida. Puede encargar una colección de algunas de sus obras más conocidas en inglés a Detritus books.
Su última voluntad fue que sus cenizas fueran esparcidas en el mar Jónico, cerca de Catania, su ciudad natal.
No es nuestra intención escribir una necrológica, esa espantosa palabra que nos recuerda la ineludible misión que a menudo nos dejan en silencio nuestros muertos y que siempre hemos fracasado en cumplir… No queremos recordar, queremos vivir.
[…] Esta es nuestra manera de asegurar una memoria, nuestra manera de respetar una voluntad que buscó escapar de los límites que encierran a la humanidad y sus demasiado humanas vicisitudes de fortuna, una voluntad revolucionaria que buscó transformar el mundo.
-Alfredo Bonanno, El amor y la muerte
Otras lecturas
- Eulogy de Nikos Maziotis, miembro del grupo Lucha Revolucionaria
- Memorial por Act for Freedom Now
- Ciao, Alfredo — Memorial en italiano de algunos camaradas que trabajaron con él a lo largo de los años