Anarquistas nepalíes sobre el derrocamiento del Gobierno

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Entrevista con Black Book Distro

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En Nepal, un movimiento de protesta a principios de septiembre de 2025 se convirtió en una insurrección espontánea en respuesta a la violencia policial, que culminó con el incendio del parlamento y de una serie de oficinas gubernamentales, comisarías, sedes de partidos políticos y mansiones de políticos. En un día y medio, el primer ministro Khadga Prasad Oli había huido y el gobierno se había derrumbado. Pero derrocar a un gobierno es solo la primera etapa de una lucha mucho más larga; en medio de estos disturbios, monárquicos, neoliberales y radicales compiten por determinar el futuro de Nepal. Para comprender mejor los antecedentes de la insurrección y su dinámica interna, entrevistamos a Black Book Distro, un colectivo anarquista y biblioteca de Katmandú.

La insurrección en Nepal forma parte de una serie de levantamientos que han sacudido Asia en los últimos años. Podemos seguir el rastro de las chispas desde el derrocamiento del presidente de Sri Lanka en 2022 hasta el levantamiento de 2024 en Bangladesh y el levantamiento en Indonesia en agosto de 2025, sin mencionar la guerra civil en curso en Myanmar. Desde la caída del Gobierno nepalí, también han estallado feroces protestas en Filipinas. Todas ellas son una respuesta a las dificultades económicas generalizadas y al incumplimiento de las promesas de los políticos.

La complicidad de los partidos comunistas institucionales en la masacre que catalizó el levantamiento debería recordar a todos los aspirantes a revolucionarios que es imposible resolver los problemas del capitalismo simplemente ejerciendo la violencia del Estado, incluso si se tiene la palabra «comunista» en el nombre del partido. Los retos que el capitalismo plantea a la población exigen cambios más radicales que los que se pueden lograr con el armamento policial y las propuestas políticas dentro de las salas del poder.

Del mismo modo, esta insurrección debería hacer reflexionar a los políticos y a la policía de todo el mundo que imaginan que pueden saquear y aterrorizar con impunidad. Hoy en día, el dinero que obtienen puede aislarlos de las consecuencias de sus actos, pero mañana, todo puede cambiar.

Ninguna de estas revueltas ha logrado aún todos sus objetivos, pero mientras la gente de todo el mundo lucha contra la oligarquía y la represión estatal, cada una de ellas ofrece lecciones.

Como dijo un comentarista en las redes sociales, «Solo un joven que lleva la piel del enemigo».


Presentad vuestro proyecto. ¿Quiénes sois y a qué os dedicais?

Somos Black Book Distro, un colectivo anarquista y biblioteca con sede en Katmandú, Nepal, dedicado a la radicalización a través de la educación sobre la historia de la izquierda, así como a la participación activa en luchas y movimientos populares que consideramos afines a nuestros objetivos (la protesta de la Generación Z, el movimiento Meter Byaj,1 el movimiento Guthi2). Nos presentamos a vosotros como un movimiento anarquista sometido a la represión de un régimen comunista fallido y corrupto, y del Congreso.

Black Book Distro mostrando algunos materiales en inglés durante el Anarchist Zine Fest en Nepal.

Ofrecednos una breve visión general de los movimientos sociales y las luchas en Nepal durante las últimas dos décadas. ¿Cuáles han sido las principales preocupaciones que han impulsado el malestar popular?

Tras la revolución maoísta,3 Nepal ha experimentado oleadas de agitación social, económica, geográfica y política. Entre las cuestiones clave se encuentran la discriminación de casta rampante, una epidemia mortal de tráfico de trabajadores migrantes alimentada por la falta de oportunidades en el país, los conflictos fronterizos habituales con nuestros vecinos con armas nucleares y una corrupción política tan descarada que ha permitido que los sentimientos pro-monárquicos en el país hayan vuelto con una fuerza aterradora.

Entre los movimientos populares en favor del cambio se encuentran la lucha de Madhesh por los derechos y la dignidad,4 las protestas contra la corrupción en la era de la COVID bajo el lema «Ya basta», las disputas nacionalistas sobre zonas fronterizas como Lipulekh,5 las huelgas de hambre del doctor KC para mejorar las infraestructuras sanitarias,6 la resistencia a los intereses hipotecarios abusivos y la defensa de las tierras comunales pertenecientes al pueblo newar. Estas luchas están impulsadas por un complejo tejido social que sigue estando marcado por el patriarcado, las castas y la religión, en medio de los esfuerzos constitucionales por lograr la representación, la libertad de expresión, la libertad económica y el federalismo.

Las principales organizaciones políticas son el Congreso, los partidos maoístas y marxistas-leninistas, así como las facciones monárquicas. Por debajo de estas se encuentran grupos juveniles independientes, espacios de izquierda y grupos comunitarios indígenas. Históricamente, la mayoría de las protestas han sido lideradas o influenciadas por los principales partidos políticos, aunque las iniciativas espontáneas de los y las jóvenes y las bases han actuado cada vez más de forma independiente (incluido el reciente levantamiento de la Generación Z).

«Han utilizado balas reales contra civiles, incluidos niños hoy. Estábamos en primera línea. Vimos cómo mataban a tiros a mucha gente».

¿Cómo entiendes los objetivos de los y las activistas de base en este levantamiento? ¿Existen múltiples corrientes con objetivos diferentes o contradictorios?

El actual movimiento de la Generación Z tiene sus raíces en el movimiento «Enough Is Enough» (Ya basta) liderado por jóvenes en 2019, que se centró en la justicia social y las cuestiones medioambientales en medio de la mala gestión de los ingresos durante la crisis de la COVID-19. Este levantamiento inicial consistió en múltiples grupos juveniles independientes apoyados por ciudadanos comunes, liberales y espacios de extrema izquierda, sin un liderazgo central. Desde entonces, el gobierno ha intensificado continuamente su vigilancia en línea y sus medidas represivas totalitarias contra las personas jóvenes, lo que ha alimentado el movimiento hasta convertirlo en lo que es hoy. Sus principales demandas son la libertad de expresión, medidas contra la corrupción y la plena rendición de cuentas del gobierno, sin la participación de los partidos políticos establecidos. El trágico tiroteo contra manifestantes pacíficas, entre las que se encontraban estudiantes inspirados por la filosofía de la serie de anime «One Piece», desató una indignación generalizada.

Un manifestante en Nepal exhibe una bandera pirata de «One Piece», que se ha convertido en símbolo de la rebelión en Indonesia.

La insurrección fue descentralizada y espontánea, y culminó con el incendio del parlamento y la mayoría de las oficinas gubernamentales, las casas de los políticos, las comisarías de policía y las sedes de los partidos, lo que provocó la caída del Gobierno en menos de 35 horas. Existen diversas corrientes dentro del movimiento: monárquicos que buscan restaurar al rey en el trono, centristas que pretenden ganar influencia dentro de un nuevo gobierno neoliberal y radicales de extrema izquierda que presionan por un federalismo genuino, el secularismo y la participación inclusiva de las comunidades marginadas. Esta multiplicidad de objetivos refleja las complejas aspiraciones y tensiones dentro del movimiento.

Según entendemos aquí desde muy lejos, los comunistas de Nepal llevaron a cabo un movimiento de resistencia durante muchos años antes de alcanzar el poder estatal en 2006. Tenemos la impresión de que los conflictos internos dentro del movimiento revolucionario en su conjunto dieron lugar a una serie de claudicaciones entre los comunistas y la clase dominante nepalí. ¿Cómo han afectado estos compromisos a la sociedad nepalí, incluyendo específicamente a los radicales? ¿Cómo han afectado estos compromisos a la sociedad nepalí, en particular a los movimientos radicales de base que participaron en la lucha popular, así como a los sindicatos y otros grupos?

El éxito de la insurgencia maoísta se basó en su oposición a los restos del sistema «Panchayat», una estructura agrícola feudal de opresión de las élites de las castas superiores aliadas con la monarquía sobre el pueblo llano, que había sido oficialmente abolida en 1990. Sin embargo, una vez en el poder, muchos líderes maoístas claudicaron sus objetivos revolucionarios para mantener el control, adoptando gradualmente prácticas capitalistas que reflejan el mismo sistema de opresión Panchayat que afirman haber destruido. Estos compromisos han minado su credibilidad ante las masas, y ahora se considera a los maoístas como políticos corruptos en lugar de revolucionarios.

Mientras tanto, los abusos contra los derechos humanos por parte de las fuerzas militares y policiales han sido generalizados, y la justicia sigue siendo difícil de alcanzar para las víctimas de todos los bandos. La imagen empañada de la política de izquierda ha dado espacio al movimiento monárquico; incluso el reciente movimiento Gen-Z ha prohibido intencionadamente la participación de partidos políticos y sindicatos, por temor a que estas entidades impusieran agendas propias. Aunque esto ha protegido la integridad del movimiento, ha dificultado la organización de los y las auténticas radicales de izquierda que buscan el cambio. Afortunadamente, el movimiento anarquista está surgiendo discretamente, con una aceptación cada vez mayor, a pesar de algunos conceptos erróneos que equiparan el anarquismo con el caos.

Un coche quemado perteneciente a la policía nepalí frente a la plaza Patan Durbar el 9 de septiembre de 2025.

¿Cómo surgió la coalición gobernante? ¿Cómo entiende la diferencia entre los dos partidos comunistas y cuál es el papel del Partido del Congreso en la coalición gobernante?

La coalición gobernante surgió para asegurar una mayoría parlamentaria en medio de un sistema multipartidista fragmentado tras la guerra. Ambos partidos comunistas han adoptado prácticas corruptas y capitalistas, siendo actualmente el UML [Partido Comunista de Nepal (Marxista-Leninista Unificado)] el más organizado de los dos. Debido al mal uso de las ideologías comunistas y a su historial de corrupción, el movimiento comunista está perdiendo terreno rápidamente, y los miembros del partido suelen ser objeto de burlas cuando reivindican su identidad comunista. El Partido del Congreso, con su papel histórico en el fin «oficial» del régimen de Rana y del sistema Panchayat, sigue siendo la principal fuerza neoliberal del Gobierno. En 2008, los maoístas y los marxistas-leninistas se aliaron para superar en votos al Partido del Congreso, y en 2024, el Congreso y los marxistas-leninistas se aliaron para superar en votos a los maoístas. Aunque en el pasado las diferencias ideológicas los dividían, estas distinciones han desaparecido casi por completo a los ojos de la población.

Tanto la India como China pertenecen al poderoso bloque industrial y comercial conocido como BRICS. ¿Cómo afecta esto a la población nepalí? ¿Qué grupos aspiran a sacar provecho del derrocamiento del Gobierno nepalí?

El impacto de la pertenencia al BRICS en los nepalíes de a pie aún no está claro, y los círculos políticos e intelectuales están divididos. Algunos ven el BRICS como un medio para reducir la hegemonía estadounidense, mientras que otros lo consideran una extensión de la influencia autoritaria china. El Gobierno nepalí ha estado siguiendo con cautela la evolución de las relaciones entre India y China y aún no ha decidido si participará en el BRICS.

Sigue sin estar claro qué grupos se beneficiarán en última instancia del derrocamiento del Gobierno, pero en Nepal no se toma ninguna decisión política sin la participación de la agencia de inteligencia india RAW [Research and Analysis Wing]. Es probable que la CIA [Agencia Central de Inteligencia] también desempeñe un papel, en consonancia con su historial en las revoluciones mundiales. Entre los principales peligros se encuentran la posibilidad de que las facciones monárquicas ganen poder con el respaldo de la India, impulsadas por la política nacionalista hindú extremista, y el resurgimiento de las antiguas élites políticas sin cambios sustantivos. Aunque el golpe militar era una amenaza real, afortunadamente no se produjo.

El Parlamento de Nepal fue incendiado el 9 de septiembre de 2025.

Nepal, un país sin litoral y con dependencia social y económica de la India, ha experimentado algunos cambios en las inversiones chinas, con la apertura de autopistas que lo atraviesan. Mientras China y la India agudizan su rivalidad, Nepal, a diferencia de otras naciones que comparten frontera con los gigantes geográficos, se convierte en un escenario de control y equilibrio…

Hasta ahora, ambas potencias han evitado un conflicto abierto, convirtiendo a Nepal en un escenario de equilibrio geopolítico entre la India y China. Nepal, atrapado geográficamente entre estos dos gigantes nucleares, tiene opciones limitadas para resistir su interminable tira y afloja. El bloqueo de combustible de la India tras el terremoto de 2015 fue claramente una maniobra de poder vinculada al movimiento madhesi, que la India apoyó de manera no oficial. China ejerce su influencia instando al Gobierno nepalí a controlar las protestas relacionadas con el Tíbet. Los lazos culturales y las fronteras abiertas hacen que la influencia de la India sea más pronunciada, mientras que las inversiones chinas, como los proyectos de autopistas en el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, son ampliamente acogidas por la población como oportunidades para la independencia económica de la India.

Muchos izquierdistas occidentales observan la relación de Nepal con China y la India —ambos socios comerciales de Estados Unidos e Israel, aunque China es percibida como un antagonista geopolítico de Estados Unidos— y concluyen que las insurrecciones en Nepal e Indonesia deben ser revoluciones de color respaldadas por la CIA y diseñadas para instalar dictaduras alineadas con Occidente. ¿Qué opina al respecto?

Si bien la influencia extranjera de la India, China y Estados Unidos es innegable, reducir el levantamiento a una revolución de color respaldada por la CIA es ignorar la ira genuina y los sacrificios del pueblo nepalí. Millones de personas se movilizaron para incendiar los edificios del Parlamento, las oficinas gubernamentales y las casas de los líderes políticos, no porque organizaciones extranjeras o nacionales les dijeran que lo hicieran, sino por décadas de fracaso y corrupción del Gobierno. Etiquetar este movimiento como una revolución de color socava nuestra solidaridad con movimientos populares similares en todo el mundo. Activistas de Bangladesh, Indonesia y Sri Lanka celebran las luchas de los demás países sin descartarlas como complots extranjeros. Se trata de un levantamiento popular nacido de la injusticia sufrida. Si estas revueltas son revoluciones de colores, entonces también lo serían movimientos globales poderosos como la Primavera Árabe y Black Lives Matter. Es hora de que los observadores occidentales apoyen estas luchas en lugar de deslegitimarlas.

¿Qué conexiones ve, si las hay, entre el levantamiento en Nepal y los levantamientos anteriores en Sri Lanka, Bangladesh e Indonesia? ¿De qué manera influyeron estos en la imaginación popular que ayudó a producir esta revuelta? ¿Cuáles son las diferencias entre el contexto nepalí y los otros contextos?

Los levantamientos comparten claras similitudes, como la corrupción generalizada, la exclusión, el poder arraigado de las familias nepotistas, la censura gubernamental y la fuerte injerencia extranjera. Sri Lanka, Indonesia y Nepal tienen cada uno una historia de movimientos comunistas y sus respectivos fracasos. Una conexión interesante entre Nepal e Indonesia es la presencia de movimientos anarquistas activos y la influencia cultural del anime «One Piece», que simboliza para los jóvenes de ambos países su lucha contra el autoritarismo.

La diferencia clave es que el movimiento comunista de Nepal llegó al poder con éxito, pero posteriormente se corrompió y abandonó sus promesas, lo que alimentó la desilusión popular, mientras que en Indonesia y Sri Lanka, el gobierno comunista no logró llegar al poder.

Basándote en tu reciente experiencia en Nepal, ¿tienes algún consejo para las personas que participan en la resistencia popular en otras partes del mundo?

Una resistencia eficaz debe combinar la educación organizada, la agitación y la preparación para una insurrección espontánea de masas. Es fundamental preparar a la gente para impulsar los movimientos sociales en la dirección correcta, especialmente para gestionar los vacíos de poder que se crean cuando un gobierno se derrumba, que a menudo son aprovechados por las fuerzas capitalistas que pretenden restaurar el antiguo orden. Las antiguas élites intentarán recuperar el poder, pero la población revolucionaria de Nepal ha demostrado un feroz rechazo, destruyendo infraestructuras y enfrentándose físicamente a los líderes.

Sin embargo, este levantamiento no estaba totalmente preparado para lo que sucedería después. Hasta ahora, nuestros esfuerzos se han centrado principalmente en la educación y las protestas, sin prever las estructuras posteriores al colapso. Nuestro consejo a los compañeros y compañeras de todo el mundo es que se preparen no solo para la revuelta, sino también para las estructuras no jerárquicas y la reconstrucción social una vez que caigan los regímenes.

¿Qué están haciendo los anarquistas y los grupos antiautoritarios en Nepal? ¿Qué cosas concretas podemos hacer para apoyar los esfuerzos anarquistas y antiautoritarios en general en Nepal?

Los grupos anarquistas y antiautoritarios de Nepal están llevando a cabo talleres, charlas, proyecciones, exposiciones, eventos musicales, así como acciones directas en la calle. La mayoría de nuestros colectivos anarquistas creen en la organización sin jerarquías, fomentando el diálogo abierto incluso con comunistas radicales que buscan genuinamente sociedades igualitarias. Creemos que la solidaridad dentro del movimiento de izquierda es esencial, por lo que juzgamos por las acciones y no solo por la ideología. Para apoyar estos esfuerzos, instamos a que se difunda la información sobre las violaciones de los derechos humanos que se están produciendo, incluidas las muertes de al menos 72 personas, muchas de ellas jóvenes, asesinadas por exigir el fin de la corrupción y el totalitarismo. Los responsables deben rendir cuentas y se debe hacer justicia sin demora.

Un mensaje del 13 de septiembre de 2025: «Aquellos que colaboran con la policía. Estáis olvidando que han matado a nuestros hijos. Aquellos que dicen que el vandalismo, los incendios y los saqueos están mal. Estáis olvidando que es el resultado de la ira colectiva que ha existido contra este régimen durante más de 40 años. Que es el resultado del infierno capitalista en el que los civiles normales nunca pueden permitirse las cosas con las que se les bombardea a través de la publicidad. ¿Creéis que la élite de Katmandú estaba allí saqueando Bhatbhatani [la mayor cadena minorista de Nepal]? No, eran personas de clase trabajadora y clase media. ¿Creéis que Bhatbhatani ha sufrido pérdidas tan grandes? Tienen seguro. El hotel Hilton tiene seguro. ¿Tienen los padres de los niños fallecidos un seguro de millones de rupias?».


Traducción: A Planeta

  1. Meter-byaj es una forma de préstamo con tipos de interés exorbitantes. En los últimos años ha cobrado impulso un movimiento de protesta contra esta práctica. 

  2. En junio de 2019, miles de personas salieron a las calles para protestar contra un proyecto de ley que nacionalizaría los fideicomisos comunitarios y religiosos centenarios. Conocido como «guthi», este sistema para mantener los templos y los espacios públicos tradicionales y organizar festivales tiene sus raíces en la comunidad newar, originaria del valle de Katmandú. 

  3. La guerra civil que concluyó en 2006. 

  4. Movimiento por los derechos de los grupos madhesis tharus, musulmanes y janjati en Nepal, con oleadas de actividad en 2007, 2008 y 2015. 

  5. Lipulekh es un paso del Himalaya en la frontera entre la India y el Tíbet, gobernado por China. El Gobierno nepalí ha reclamado la parte sur del paso, que ha estado bajo administración india desde la época colonial británica. 

  6. El cirujano y activista sanitario Dr. Govinda KC ha llevado a cabo 23 huelgas de hambre para exigir reformas.